Desde la ciencia y el ayahuasca - Reflexiones Jeremy Narby
Por: Gonzalo GalarzaEl día de la presentación de “Inteligencia en la naturaleza” había rostros inquietos fuera del auditorio mirando a la nada y a la vez a un todo en busca de esa ayuda que los hiciera ser parte de ese encuentro con Jeremy Narby. Después de doce años el célebre antropólogo, cuyo primer libro, en el que plantea la hipótesis de que los chamanes llegan a ver un ADN con el ayahuasca y que se volvió un “best seller” con traducciones al ruso, ha vuelto a Lima con nuevas revelaciones. Pero no había espacio para nadie más en el C.C. de España. Él, que hace dos décadas dejó su visión racionalista tras convivir con los asháninkas en la selva peruana, ha recorrido distintas partes del mundo para conversar con especialistas y tratar de comprobar desde la ciencia que plantas y animales son seres con inteligencia.Uno de los científicos en el libro prefiere decir que las plantas recuerdan, aceptan, deciden, antes de hablar de inteligencia. Pese a eso hay un avance y una aceptación.Ha habido un cambio tremendo y positivo dentro de la ciencia. Estamos yendo de un período que insistía ver la naturaleza como un objeto mecánico a tomar en cuenta que todos estos seres son de nuestra familia, que ha habido evolución, que nuestras capacidades tienen un vínculo histórico con las capacidades de otras especies y que poco a poco estamos tomando en serio la noción de que no solamente animales vertebrados superiores, sino también invertebrados y células e incluso plantas y bacterias, tienen una capacidad de percibir el mundo, de tomar decisiones. El problema es que las baterías son más inteligentes que nuestros científicos que tratan de pararlas y ellas desarrollan estrategias contra eso.Incluso su libro “La serpiente cósmica” despertó el interés de algunos científicos moleculares que vinieron a tomar ayahuascaVenir con científicos me hizo ver que era posible combinar estos dos acercamientos, pero al mismo tiempo difícil. Empezando desde el chamanismo, he mirado la ciencia y entré en una investigación en el 2001 y empecé a preguntar a científicos cómo ellos pensaban las cosas y qué estaban descubriendo en sus laboratorios. Los resultados quedan en el libro. Fue una sorpresa ver que todos los científicos que he encontrado eran abiertos y afirmaban inteligencia en plantas, amebas unicelulares, células de nuestros cuerpos, en plantas sin cerebros, en abejas. Incluso se ha demostrado que organismos sin cerebro logran percibir el mundo e integrar información, tomar decisiones, comunicar. Ya no hay muchos científicos que hablan de otras especies como si no tuvieran inteligencia.En la Amazonía se reconoce a plantas y animales como seres inteligentes de forma natural. En Occidente, en cambio, parece haber una obsesión científica por ver cómo se llega eso.No es una mala pregunta. Pero delimitarse religiosamente a eso es una pérdida, porque lo que estamos descubriendo gracias a la ciencia es que una hierbita es un ser sensible capaz de percibir su entorno, de integrar información compleja y de llegar a decisiones flexibles después de actuar y moverse y de comunicar incluso, no en castellano sino en lenguaje químico. Es lo que la ciencia adelantada y molecular de los últimos diez y veinte años está revelando. Se ha descubierto que hay cualquier cantidad de animales que elaboran herramientas, que las abejas manejan conceptos abstractos, que todos los seres y células del mundo comunican en su idioma. De repente la cosa que nos distingue de las otras especies es que parece que somos los únicos en tener una obsesión de separarnos de las otras especies.Parece que solo los nativos llegan a tener una comunicación con las plantas y animales al verlos como seres inteligentes. Incluso con el ayahuasca hay un diálogo directo y los perciben como espíritus.Es posible que los chamanes perciban en sus visiones una correspondencia con las biomoléculas que tienen los científicos a través de sus microscopios electrónicos. Es una hipótesis. Pero el uso del ayahuasca por científicos realizando investigaciones sobre realidades biológicas puede ser una herramienta muy interesante para entrar en la mejor comprensión e interpretar la realidad simbólica del mundo biológico. Justamente lo que los chamanes afirman desde hace milenios es que en conciencia normal comunicar con plantas y animales es difícil. Pero en ayahuasca, en una conciencia modificada, sí es posible percibir comunicación con un árbol y su personalidad, su ser. La ciencia objetiva quiere evacuar la experiencia subjetiva y quiere experiencias que se puedan verificar y repetir. El ayahuasca, al contrario, exige una experiencia subjetiva y no es repetible. Se puede combinar los dos puntos de vista y buscar nuevas ideas y regresar al laboratorio.¿Para ti fue fundamental la toma de ayahuasca?Sí, claramente.